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El Pelícano nos trasmitió gran serenidad, pero pronto comenzó a llover torrencialmente, obligándonos a resguardarnos en las salas más cercanas, las de los anfibios que están al lado de los cocodrilos y de los caimanes y a escasos metros de las tortugas desde donde se observa la ubicación de las serpientes
Cuando finalmente nos animamos a probar suerte y salir, sólo nos dio tiempo a llegar hasta las estancias de los monos, frente a los cuales nos comimos los bocadillos
Ya desanimados, tomamos el tranvía hasta Glories, y de ahí la línea roja a casaNos chorreaba hasta el alma
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